miércoles, mayo 12, 2010

ARTE NUEVO DE HACER POEMAS

Me despierto temprano para hacer ejercicios.
media hora para el dolor al cuello, para evitar
la molesta rotación del brazo. Me preparo
el desayuno y cojo al azar un libro. Miento.
Ayer leí con mis alumnos “Musée des Meaux arts”
y comentamos el Icaro de Brueghel. Con una
cucharita doy vueltas al café y abro una página
cualquiera: “tuya es la imagen disciplinaria
que me refrena del agradable error, de las garras
del turbulento desorden”. El maestro era James.
Auden visitó su tumba en la primavera
del cuarentaiuno. Probablemente los alemanes
habían bombardeado Biminghan, y se limitó
a dejarle unas violetas. (El poema lo escribiría
después). Me gusta la serenidad de Auden.
La severa inflexión que impone a su desorden,
el asomo de error que nunca falla. Siempre
lo supe, viejo Auden, sólo quien se sabe presa
del desorden se exige disciplina. Esta mañana
he hecho media hora de ejercicios, he tomado
el desayuno y leído estos versos de Lope ( a
quien Auden con toda seguridad desconocía):
“porque a vezes lo que es contra lo justo
por la misma razón deleyta el gusto”.

(Eduardo Chirinos, Perú, 1960)